Buscar este blog

sábado, 5 de julio de 2014

O AQUÍ NO HAY NADIE, O NO QUIEREN CONTESTARME

Después de esta historieta, mi hombre se puso a andar con la cabeza baja, el aire pensativo y humillado. Suspiraba, lloraba, se desolaba, alzaba las manos y los ojos al cielo, se golpeaba la cabeza con los puños para romperse la frente o los dedos, y añadía: "O aquí no hay nadie, o no quieren contestarme".

No hay comentarios:

Publicar un comentario