Cerca de los poderosos no hay mejor papel que el de bufón. Durante mucho tiempo ha existido el cargo de bufón o loco del rey; pero nunca el de sabio. Yo soy bufón de Bertins y de otros varios; quizás en este momento seré el vuestro o vos el mío. Quien fuere sensato no tendría bufón. El que tiene bufón no es sensato. Si no es sensato está loco, y quizás, aunque rey, sería el bufón de su bufón.
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