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miércoles, 8 de octubre de 2014

EN EL TREN DE "LOS DEMONIOS"

He disfrutado mucho la relectura de "Los Demonios", libro que profetiza la realidad rusa antes de la victoria de la revolución bolchevique, y la vida actual tras el nuevo Stalin que significa Putin.

Los jóvenes rusos inquietos y con las mismas dudas de siempre: ¿Existe Rusia? ¿Rusia puede ser estable? ¿Rusia es el confinamiento de pobres condenados en esta Tierra por siempre? Se pronuncia claramente Dostoievski a que las personas que deseen escapar de Rusia deben hacerlo porque el barco se hunde. En Rusia es el único país donde se permite la manifestación de voces disidentes porque el Estado no existe, se ha acabado con todo, y lo que mantiene "unido" al país es la religión ortodoxa, el Dios ruso, que provoca la sumisión de la mayoría de la población.

Ya no queremos pobres, y así como surge una dictadura que separa la población en un diez por ciento que gobernará, y el resto de la población que será esclavo y será feliz, así surgen también jóvenes que desean implantar el caos, la Sociedad del Crimen, que la destrucción de todas las viejas instituciones sean la consigna, para poder crear la utopía.

Habrá escritores que desde su elevada sabiduría se burlarán de las juveniles aspiraciones a la modificación del status quo, pero al final piensan deshacerse de todo barriendo hasta la Cultura, y desapareciendo a todo aquel que tenga talento como son los escritores. Se buscará el menor indicio de persecución contra todo aquel que se haya atrevido a realizar lecturas prohibidos, y causa risa la encarcelación de quienes sólo trataban de seguir construyendo su propia vida, porque la situación es terrorífica, se desconfía de todos y no se sabe lo que sucederá en un futuro cercano.

El escritor acorralado dice que morderá a sus captores, lo imagina, pero el joven radical desesperado sí ha mordido a su jefe, y todo se sale de control, morder puede ser un signo de debilidad pero es la transformación del humano en un monstruo, llámese vampiro, que no reconoce como humano a quien lo ataca...

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